El Reflujo Gastroesofágico (RGE) se define como el paso del contenido del estómago (con o sin vómitos) hacia el esófago, que es un tubo muscular que conecta el estómago con la boca. También llamado reflujo fisiológico o regurgitaciones del lactante, es una de las consultas más frecuentes entre los pediatras y gastroenterólogos (10 a 40%). Ocurre en niños sanos, con un buen incremento de peso y talla, con vómitos o regurgitaciones posteriores a la ingesta de leche materna o relleno. Incluso pueden presentar vómitos explosivos y los lactantes no sufren complicaciones secundarias a ellos.
Generalmente comienza desde el segundo mes de vida, con su peak entre los 4 a 6 meses, y casi en la totalidad de los casos desaparece antes del año, sin dejar secuelas. Se debe a la inmadurez fisiológica del cardias (unión entre el estómago y el esófago) y, lo más importante, es autolimitado, es decir, no requiere estudio de ningún tipo ni tratamiento farmacológico.
Como medida de prevención, se sugiere no sobrealimentar a los niños, ojalá dejar pasar al menos 2 horas entre cada mamada o relleno, permitiendo así el vaciamiento gástrico.